
sÍNDROME PRE-MENSTRUAL (II)
Si no están ellos (mis personajes) para acompañarme y defenderme quedo expuesta a todo y ese todo duele y hace que empiecen a salirme escamas, se me taponen las orejas, mis manos se transformen en garras y mi rostro reflejado en un espejo no sea digno de describir… y soy yo… ese monstruo que se esconde en tu armario.
Mejor no lo abras niñito…
Shhhhhhhhhhhhhh!!!
Déjalo así,
a veces es mejor que el monstruo se duerma.
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