El arte es esto para mí, para esta niña vieja que hoy soy. Es esta realidad imaginada que inevitablemente existe en un mundo creado por uno para sobrevivir explicándose inexplicables, es la emoción misma dibujada, declamada, escrita, meciéndose bajo nuestra piel y en última instancia, exhibida y compartida, en este espacio, hoy ante ustedes.
Bienvenido/a a este tambaleante vaivén de mi oscilografía.


sábado, 10 de julio de 2010


tAU Y KERANÁ
(un sólo corazón)

Keraná despertaba de una larga siesta mientras Tau la espiaba desde su escondite. Mirando esa piel tersa y morena del bien y el mal olvidó el límite. Perseguidos por el exilio y las maldiciones pelearon contra dioses por siete días. Aprovechando el día tanto como las noches dejaron descendencia y mitología. Pedacitos de nuestra creencia guaraní nos enseñan odio y amor, del sobrenatural, ese que junto con las frutas, el bosque y el folclore, a siete horribles hijos supuestamente dieron hogar.
(El Teju Jagua, mezcla de lagarto y perro, el Mbói Tu'i, de víbora y loro, el Moñái, gran monstruo maléfico, el Jasy Jateré, el Ao ao, el Luisón y el Kurupí. Completan también esta fenomenal familia pero ya unidos por lejano parentesco la señora Mala Visión, la Póra, el Mbói tata y el Karaí Pyhare o Pombero)
Muchos mitos como este, nacen y mueren en un querer, o por un querer que es siempre monstruoso. En este caso se nos presentan dos personajes bastante peculiares, que bien podriamos ser vos y yo. Porque mal o bien y como muchos que conozco, Tau y Keraná se querían, fueron un sólo corazón, hasta se dieron besitos y se dijeron "amor".