El arte es esto para mí, para esta niña vieja que hoy soy. Es esta realidad imaginada que inevitablemente existe en un mundo creado por uno para sobrevivir explicándose inexplicables, es la emoción misma dibujada, declamada, escrita, meciéndose bajo nuestra piel y en última instancia, exhibida y compartida, en este espacio, hoy ante ustedes.
Bienvenido/a a este tambaleante vaivén de mi oscilografía.


viernes, 7 de mayo de 2010



lA MAMÁ ARCOIRIS (6TO PERSONAJE)

Madre, mamá, mami, mamita. ¿De dónde nos sale ese afán protector? ¿cuál es su fin? ¿por qué no podemos ser solamente hijas, hermanas, esposas? ¿quién dijo que hay que cuidar al que tenemos a lado? ¿por qué andamos adoptando hijos a lo largo de nuestras vidas? ¿para ver cómo se alejan? ¿para que luego se nos asfixien dentro? ¿cómo no caer en la sobreprotección que sólo conduce al caos? Como madres intentamos ser amigas, como hermanas somos hijas, como esposas o amantes nos sale la madre. ¿Porqué los rótulos?. ¿Porqué los títulos?. No podemos escapar de la mamá multifácetica. De esta mamá tan colorida. Esta mamá que habla como tal pero que piensa como niña y sufre y llora como la mujer de carne y hueso que es. Esta mamá que ama en exceso hasta el punto de morder con odio. Esta mamá víctima y culpable, está mamá que nos aconseja a nosotras (sus "hijas") el obligarse a estar callada, el obligarse a estar entera. A no perder la compostura. A no desmoronarse mientras luchamos contra la niña que no quiere crecer y peleamos con esa mujer que finalmente da la vida y decide cargar y cargarnos con sus fracasos y frustraciones. Obligándonos a aceptar el peso y la textura de los mismos que irremediablemente incrementaran nuestros miedos, prejuicios y lágrimas.


lA MILONGUERITA (5TO PERSONAJE)

¡Si los moteles hablaran! La verdad es que no hay forma de que puedan convencerme que las cosas no son como en la tele, como en los libros romanticones que me hacían leer en el colegio. Como en los tangos que escucho siempre, lástima que los testigos sean mi propia cabeza, mis propios recuerdos. ¿Quién no ha tenido una historia así? ¡Por favor! Es cuestión de acertar el ángulo con que se la mire nomás. Tiempo atrás creía que había un complot en mi contra. Querían que mandara a la mierda todas mis expectativas con respecto al “amor”.' ¿Pero cómo? Con lo flexible que me resulta el significado de está palabra en el hoy en día. ¿Cómo es posible que yo no pueda tener una historia como esas? Y ellos... los hombres. Estaban todos en mi contra. Entonces yo no vi otra opción que la competencia (muchas veces desleal) para demostrarles cuan equivocados estaban. Primero necesitaba un cambio bastante radical. La actitud arrogante de mi persona no iba a funcionar, este mi no poder callarme y exigir lo que quiero no resulta con ellos. Tampoco soy una insensible pero estamos hablando de llegar a un fin y es necesario establecer los medios. Sin dar más vueltas apareció ella, una dulce damisela (porque tiene que ser rescatada por un “caballero”), sumisa porque cualquier otra postura tiende a hartar. Igualmente quiero dejar en claro que no estoy generalizando. Todo esto ha sido planeado de acuerdo a un oponente especifico y al menos las mujeres ya saben a que tipo de hombre me refiero(y a lo mejor lo conozcan, anda sabe). Hice tanto pero tanto esfuerzo en establecer la estrategia correcta y proceder con cautela en todos mis ataques (que por cierto estaban increíblemente camuflados) que me olvide de un pequeño gran detalle. Está dulce milonguerita, al igual que yo, cree en todas esas cursilerías baratas y él, con su rudeza y su buena labia termino enredándome más de la cuenta en la historia que eligió como vida. Y ya ven, tampoco me convertí en un cubo de hielo como suelen decirme pero con tantas películas futuristas que pasan por la tele y como ya no tengo ni tiempo de sentarme a leer un libro. No me convenció ¿eh?. A cualquiera que me rete le desafío a un "mano a mano"(mi tango preferido), y si se anima a escucharme hasta el final estoy segura de que mi historia es buena, da para un tango... Además pienso que es mucho más conveniente invertir tiempo en cosas como está que andar por ahí cantando la vida me engaño”. ¡Bah! Si hay hasta quien llora con una película como Terminator (YO).


eL DIABLITO AZUL (4TO PERSONAJE)


Un pedacito de mi o gran parte de mi yo camuflado, que se diferencia de mi persona por algo entre las piernas. Sólo faltaba ponerle un nombre e inventarle un color... Sé que hace y dice cosas totalmente distintas a las que yo digo pero nadie puede probar si son realmente distintas a las que pienso. Y así como hay cosas que no son moralmente correctas, él es la parte mía que me permite tolerar esas mismas cosas en mi propia vida, porque quiérase o no, a una la criaron con un montón de tabúes que finalmente son inherentes a nuestra propia persona. Es como la excusa de “estaba en pedo” que ya no convence a nadie pero con un poquitito más de humor y quitándole todo el dramatismo que implica cometer “errores” de gran magnitud en una sociedad como la nuestra. ¿A quién acudimos en momentos como este?¿Quién nos hace verlo todo tan ridículo?. Bueno, es él... una especie de superhéroe emocional con un mal nombre pero listo para socorrer a las víctimas que muchas veces son acusadas de victimarios.


cUCHA DUENDE (3ER PERSONAJE)


Dicen que los duendes pueden pasarse a humanos, metamorfosearse en uno de ellos. ¡Pero ojo! Un humano no puede siquiera pensar ni vivir como uno de ellos. Mientras que en la cabecita de estos pequeños seres las ideas se cruzan, se atropellan, se enlazan formando una maraña de cosas que resultan estar siempre mezcladas; el pensamiento humano da vueltas y vueltas alrededor de algo y termina disolviéndose o llegando a alguna conclusión, que es lo mismo que nada. Tengo muchos indicios para creer que estas dos especies han tratado de mezclarse en ciertas ocasiones. Conozco el caso del duende cucha (o cucha duende) por ejemplo, que en realidad es un duende pero del sexo femenino. Ha tenido tantos problemas de adaptación la pobrecita ya que siempre le ha tocado enamorarse de estos “seres humanos” olvidándose de lo que es y sometiéndose a un sinfín de frustraciones. En su mundo de fantasía aparece “él humano” - “el amante” - “él pareja” y todo es un completo caos. No tardando entonces en volverse “él cadena” – “él castigo” - “él remordimientos” y entonces “ella cucha” – “ella duende” – “ella miento” camina para los costados (ya que no le queda otra) mirando hacia delante y atrás, no sea cosa de que se le pierda ese arco iris y termine no encontrando la olla repleta de monedas de oro, ya que lo que uno es no se puede cambiar. ¿Pero quién vive ya de estos cuentos? Nadie, pero es que si buscas explicaciones está es la única que hay.

eL HOMBRE VERDE (2DO PERSONAJE)

¿Sabían que me encanta la lluvia?, de pequeña me gustaba caminar bajo la lluvia con mis amiguitas y metiendo los pies en el raudal. Por suerte hoy está lloviendo y seguramente más tarde va a seguir y me voy a terminar mojando. ¿Vieron esa película argentina que se llama “El mismo amor, la misma lluvia”?. Si, llovía. La mina estaba en un taxi, baja el vidrio del coche y saca la cara por la ventanilla mientras él estaba a lado fumando y puteando por el tráfico y el clima y de repente la ve, re contenta y con la cara mojada y se queda ahí, mirándola, sin poder decir nada y ya sin ganas de putear, siquiera de seguir fumándose el pucho. Me encanta esa escena... es el tipo de cosas que se me vienen a la cabeza en un día de lluvia. Esa escena me bastó aunque igualmente me comí las dos horas de película. No sé... uno se pone cursi ¿verdad? O se acuerda de cosas que hizo o le pasaron en otros días de lluvia. Como que son más difíciles de olvidar que el resto de los días. Incluso me acuerdo de cuando tenía clases de relajación “gua’u” (aunque mi acelerín no se baja con nada) y nos pedían que imagináramos un lugar. Yo siempre que tengo oportunidad recurro a un bosque con árboles altos, tirada sobre alguna piedra, totalmente desnuda y a plena luz del día, con los ojos cerrados y sintiendo la lluvia fría por todos lados, a la vez que siento el calor que produce el contacto de mi cuerpo apoyado ahí en esa piedra. Aspirando el olor a tierra mojada, ese intenso olor a lluvia; sintiendo el ruidito y la fuerza que tiene cada gota. Quedándome ahí, quieta y en silencio esperando que llegue él... el hombre. Un hombre de color verde. (y no es un chiste ¿eh?) Un hombre con el que soñaba y al que temía siendo chiquita (niña, pequeña, criatura, etc). Me lo imaginaba de esos hombres que nunca hablan pero jamás dejan de mirarte. De esos a los que no puedo acceder pero saben lo que pienso... y todo eso... bosque, árbol, lluvia, piedra, frío, oscuridad, calor, quietud, silencio, miedo y yo. Soy yo porque no existe un hombre verde y ahí termina. Por eso cuando vuelvo a abrir los ojos y estoy lejos de mi bosque igual me pongo contenta porque hace tiempo y, gracias a él que no tenía días de lluvia en los que necesitaba contarme un cuento y convencerme de que yo (mujer multicolor) me soy absolutamente suficiente.


aRCORIRIS


Hace poco te vi,
Estabas sentado y triste.
En realidad nunca tuviste brillo o luz para mí.
¿Si te quise?
No importa.
Hay ruiditos que me molestan
y silencios que suelen herirme.
Pero vos eso ya lo sabes.
¿Que qué quiero decir?
Y que siempre me quedo en el medio...
Como un disco rayado que dice cosas sin quererlas decir,
por eso las repite.
Aunque sabemos que no hay forma
de que en realidad pueda convencernos.
Porque si lo pensamos bien no hay vos.
No hay mi.
¿Que qué pasa si me equivoco?
Pierdo mi tiempo.
La maldita conformidad es la que siempre nos persigue.
¿Y si nos volvemos egoístas?
No hay vos.
No hay mi.
Y bueno...
Hay ojos que no pueden ver verdad-era-mente esos colores
El sol azul
Las nubes amarillas
Mis senos grises
Tu pelo negro
Y sí...
Al final mi voz se parece a la tuya
Y riendo veo como esta pena se vuelve blanca.
Y lo único que me falta decir es:
¡Hey! Mundo...
A mi no me asustas ¿entendiste?
(al puro estilo Mafalda)
Aunque igual te quiero.
Y sí...
Y si...
Y sí...