El arte es esto para mí, para esta niña vieja que hoy soy. Es esta realidad imaginada que inevitablemente existe en un mundo creado por uno para sobrevivir explicándose inexplicables, es la emoción misma dibujada, declamada, escrita, meciéndose bajo nuestra piel y en última instancia, exhibida y compartida, en este espacio, hoy ante ustedes.
Bienvenido/a a este tambaleante vaivén de mi oscilografía.


viernes, 7 de mayo de 2010



cUCHA DUENDE (3ER PERSONAJE)


Dicen que los duendes pueden pasarse a humanos, metamorfosearse en uno de ellos. ¡Pero ojo! Un humano no puede siquiera pensar ni vivir como uno de ellos. Mientras que en la cabecita de estos pequeños seres las ideas se cruzan, se atropellan, se enlazan formando una maraña de cosas que resultan estar siempre mezcladas; el pensamiento humano da vueltas y vueltas alrededor de algo y termina disolviéndose o llegando a alguna conclusión, que es lo mismo que nada. Tengo muchos indicios para creer que estas dos especies han tratado de mezclarse en ciertas ocasiones. Conozco el caso del duende cucha (o cucha duende) por ejemplo, que en realidad es un duende pero del sexo femenino. Ha tenido tantos problemas de adaptación la pobrecita ya que siempre le ha tocado enamorarse de estos “seres humanos” olvidándose de lo que es y sometiéndose a un sinfín de frustraciones. En su mundo de fantasía aparece “él humano” - “el amante” - “él pareja” y todo es un completo caos. No tardando entonces en volverse “él cadena” – “él castigo” - “él remordimientos” y entonces “ella cucha” – “ella duende” – “ella miento” camina para los costados (ya que no le queda otra) mirando hacia delante y atrás, no sea cosa de que se le pierda ese arco iris y termine no encontrando la olla repleta de monedas de oro, ya que lo que uno es no se puede cambiar. ¿Pero quién vive ya de estos cuentos? Nadie, pero es que si buscas explicaciones está es la única que hay.

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